- Vie Ene 20, 2017 12:08 pm
#567291
Un apartado para comentar: el personaje calvo como recurso humorístico en la publicidad.
A mí sinceramente nunca me ha hecho gracia, pero es un recurso bien antiguo. En el recuerdo de todos está el desaparecido Mr. Propper, ahora Don Limpio, un ser ficticio adornado con un look a medio camino entre el genio de la lámpara y el pirata.
Pero entre los primeros spots genuinamente españoles, se encuentran los de Atún Calvo, que recurrió al chiste facilón:
La misma marca recurrió a Constantino Romero para redundar en su calvicie en la coincidencia con el nombre de la marca atunera:
Ahora, en los últimos años, las empresas publicitarias han pasado a un nuevo enfoque del hombre calvo, que ya no aparece solo, ni orgulloso de su calvicie, sino como contrapunto del hombre atractivo con pelo. Los primeros en dar este salto fueron los amigos del Corte Inglés. para anunciar sus magníficos seguros:
Y en estas semanas podemos ver en la televisión a un calvo ridiculizado con una horrible peluca como el antihéroe de la Couldina:
No sé qué opinión os merece este nuevo tratamiento del calvo ridiculizado. A mí personalmente me parece ofensivo, y no llego a entender muy bien cómo los actores calvos se prestan a representar estas escenas. Supongo que deben pagar muy bien. Creo que se puede representar a un cuñado sabelotodo o a un compañero de trabajo oportunista-ligoncete sin tener que recurrir a la calvicie como emblema estético.
Nunca entenderé muy bien que se pueda recurrir a un aspecto físico de la persona para provocar el humor o la risa, y que a las personas que sufren de esas carencias, síntomas, o simplemente lo sienten como un complejo, les tenga que hacer gracia también. Lo siento, no lo entiendo.
Y no debo ser el único. En mi memoria tengo la retirada de una campaña publicitaria de Axe, que al parecer era denigrante para la mujer. Y no hizo falta más. Del mismo modo, no llego a entender por qué nadie se plantea que estos anuncios puedan hacer daño a mucha gente. Y si ser alopécico no es motivo suficiente, que piensen que por ejemplo hay calvos forzosos por quemaduras, accidentes o medicación. A ver si el anuncio sigue teniendo gracia.
O, ya puestos, a ver si empezamos a ver cojos en anuncios de zapatillas, mancos anunciando guantes, tuertos y bizcos probándose señeras gafas de sol, jorobados luciendo el último modelo de mochila, gordos descomunales probando el último remedio de dietas milagrosas, o desdentados intentando comer turrón alicantino (del duro).
Venga que sí, que da mucha risa.
A mí sinceramente nunca me ha hecho gracia, pero es un recurso bien antiguo. En el recuerdo de todos está el desaparecido Mr. Propper, ahora Don Limpio, un ser ficticio adornado con un look a medio camino entre el genio de la lámpara y el pirata.
Pero entre los primeros spots genuinamente españoles, se encuentran los de Atún Calvo, que recurrió al chiste facilón:
La misma marca recurrió a Constantino Romero para redundar en su calvicie en la coincidencia con el nombre de la marca atunera:
Ahora, en los últimos años, las empresas publicitarias han pasado a un nuevo enfoque del hombre calvo, que ya no aparece solo, ni orgulloso de su calvicie, sino como contrapunto del hombre atractivo con pelo. Los primeros en dar este salto fueron los amigos del Corte Inglés. para anunciar sus magníficos seguros:
Y en estas semanas podemos ver en la televisión a un calvo ridiculizado con una horrible peluca como el antihéroe de la Couldina:
No sé qué opinión os merece este nuevo tratamiento del calvo ridiculizado. A mí personalmente me parece ofensivo, y no llego a entender muy bien cómo los actores calvos se prestan a representar estas escenas. Supongo que deben pagar muy bien. Creo que se puede representar a un cuñado sabelotodo o a un compañero de trabajo oportunista-ligoncete sin tener que recurrir a la calvicie como emblema estético.
Nunca entenderé muy bien que se pueda recurrir a un aspecto físico de la persona para provocar el humor o la risa, y que a las personas que sufren de esas carencias, síntomas, o simplemente lo sienten como un complejo, les tenga que hacer gracia también. Lo siento, no lo entiendo.
Y no debo ser el único. En mi memoria tengo la retirada de una campaña publicitaria de Axe, que al parecer era denigrante para la mujer. Y no hizo falta más. Del mismo modo, no llego a entender por qué nadie se plantea que estos anuncios puedan hacer daño a mucha gente. Y si ser alopécico no es motivo suficiente, que piensen que por ejemplo hay calvos forzosos por quemaduras, accidentes o medicación. A ver si el anuncio sigue teniendo gracia.
O, ya puestos, a ver si empezamos a ver cojos en anuncios de zapatillas, mancos anunciando guantes, tuertos y bizcos probándose señeras gafas de sol, jorobados luciendo el último modelo de mochila, gordos descomunales probando el último remedio de dietas milagrosas, o desdentados intentando comer turrón alicantino (del duro).
Venga que sí, que da mucha risa.