- Vie Ene 26, 2018 12:09 am
#635877
Hola!
Nueva por este foro, llegué por un motivo no tan agradable que ya diré más adelante.
No sé sinceramente si alguien lo lea, pero contaré mi historia y cómo todo fue evolucionando, si es que hay algún error o dato que no es lógico, sinceramente, me disculpo, es lo que recuerdo de todos estos años.
La primera vez que noté que el cabello se me caía demasiado tenía 18 años, actualmente tengo 26, pero a esa edad no le di la importancia debida porque tenía demasiado, ABUNDANTE cabello, al punto que me molestaba y como todos los padres, los míos dijeron "es normal". Ese normal se prolongó hasta que en una cita con mi ginecóloga a los 22 donde me dijo que tenía ovarios poliquísticos y que junto al tratamiento, debía ir con una endocrinóloga para ver mi peso y cuestión de mis hormonas. Con esto claro, fui a la endocrina que me recomendó, la señora me mandó a hacer diversos análisis de sangre que dieron como resultado anemia, resistencia a la insulina y una producción de hormonas masculinas que supuestamente, eran el motivo de mi caída de cabello. La doctora nos dijo a mi y a mi madre que el cabello tenía un largo tiempo de desarrollo y no notaría lo que crecía o cambiaba hasta después de un año con mi tratamiento hormonal.
Hice todo al pie de la letra, pero con 23 años, el cabello se me siguió cayendo, y siguió cayendo y siguió. Hasta que a mis 25, los huecos ya eran muy notorios y vergonzosos. No miento que el cabello dejó de caerse como cuando tenía 22-23 años, pero el frondoso cabello de mis 18 ya no existía, no estaba y se seguía cayendo aunque no en abundancia. Cambié de shampoo a uno más natural y con menos químicos y me relajé porque el estrés de ver que tu cabello no está, hace que se te caiga (sí, estrés te odio). Entre todo mi drama de los 25 porque ya era demasiado lo que estaba calva en la coronilla, conocí Caboki, es ese polvito que se te adhiere al cuero cabelludo y me sentí tan bien cuando noté que los huecos no se veían y que parecía que ya no era calva con poquito cabello y muchos espacios en la cabeza, un reemplazo meramente estético y superficial que se quita con una ducha pero que me ayudó en mi autoestima y desarrollo en el día a día.
El año pasado, además del uso de caboki, me recomendaron a un doctor muy conocido acá en Perú. La cita la saqué en marzo y me la dieron para junio. El doctor me programó una sesión de plasma y, sin mentir, los huecos que habían se llenaron poco a poco, se veía mejor que antes pero no se veía bien del todo. En diciembre me hizo otra sesión y me dijo que de todas maneras habían huecos con los folículos ya desaparecidos que necesitaban un trasplante y eso fue lo que hice, hace ocho días me practiqué un trasplante capilar FUE (sí, me rapé todo el cabello por parte de la nuca). Dolió un demonio, la inflamación por la anestesia me hizo llorar al verme la cara y las costras de los injertos me dan ansiedad que me provoca rascarme. Sé que debo tener un apoyo psicológico para calmar la ansiedad y el estrés, pero en mi desesperación por saber si me arranqué los folículos , llegué acá. Comparé fotos y hablé con una amiga que trabaja en el tema, y me aferro a la idea que no me los he sacado, eso sí, la ansiedad empeora por pensar que los saqué y volveré a estar calva.
Si hay alguna chica joven acá, debe de verse con la ginecóloga, endocrina y de ahí con un doctor especialista en cabello. Mi problema no era grave pero dejé pasar tantos años que me llevó a estar con los huecos en la cabeza, mi endocrina falló al decirme que no había nada más por hacer, así que no se confíen y busquen otra opción.
Esto es más como un desahogo, tal vez de acá tres meses vuelva para contarles que tal fue el trasplante y si esos folículos que puedo no haberme arrancado, crecieron y me devolvieron la confianza en mi misma.
Nueva por este foro, llegué por un motivo no tan agradable que ya diré más adelante.
No sé sinceramente si alguien lo lea, pero contaré mi historia y cómo todo fue evolucionando, si es que hay algún error o dato que no es lógico, sinceramente, me disculpo, es lo que recuerdo de todos estos años.
La primera vez que noté que el cabello se me caía demasiado tenía 18 años, actualmente tengo 26, pero a esa edad no le di la importancia debida porque tenía demasiado, ABUNDANTE cabello, al punto que me molestaba y como todos los padres, los míos dijeron "es normal". Ese normal se prolongó hasta que en una cita con mi ginecóloga a los 22 donde me dijo que tenía ovarios poliquísticos y que junto al tratamiento, debía ir con una endocrinóloga para ver mi peso y cuestión de mis hormonas. Con esto claro, fui a la endocrina que me recomendó, la señora me mandó a hacer diversos análisis de sangre que dieron como resultado anemia, resistencia a la insulina y una producción de hormonas masculinas que supuestamente, eran el motivo de mi caída de cabello. La doctora nos dijo a mi y a mi madre que el cabello tenía un largo tiempo de desarrollo y no notaría lo que crecía o cambiaba hasta después de un año con mi tratamiento hormonal.
Hice todo al pie de la letra, pero con 23 años, el cabello se me siguió cayendo, y siguió cayendo y siguió. Hasta que a mis 25, los huecos ya eran muy notorios y vergonzosos. No miento que el cabello dejó de caerse como cuando tenía 22-23 años, pero el frondoso cabello de mis 18 ya no existía, no estaba y se seguía cayendo aunque no en abundancia. Cambié de shampoo a uno más natural y con menos químicos y me relajé porque el estrés de ver que tu cabello no está, hace que se te caiga (sí, estrés te odio). Entre todo mi drama de los 25 porque ya era demasiado lo que estaba calva en la coronilla, conocí Caboki, es ese polvito que se te adhiere al cuero cabelludo y me sentí tan bien cuando noté que los huecos no se veían y que parecía que ya no era calva con poquito cabello y muchos espacios en la cabeza, un reemplazo meramente estético y superficial que se quita con una ducha pero que me ayudó en mi autoestima y desarrollo en el día a día.
El año pasado, además del uso de caboki, me recomendaron a un doctor muy conocido acá en Perú. La cita la saqué en marzo y me la dieron para junio. El doctor me programó una sesión de plasma y, sin mentir, los huecos que habían se llenaron poco a poco, se veía mejor que antes pero no se veía bien del todo. En diciembre me hizo otra sesión y me dijo que de todas maneras habían huecos con los folículos ya desaparecidos que necesitaban un trasplante y eso fue lo que hice, hace ocho días me practiqué un trasplante capilar FUE (sí, me rapé todo el cabello por parte de la nuca). Dolió un demonio, la inflamación por la anestesia me hizo llorar al verme la cara y las costras de los injertos me dan ansiedad que me provoca rascarme. Sé que debo tener un apoyo psicológico para calmar la ansiedad y el estrés, pero en mi desesperación por saber si me arranqué los folículos , llegué acá. Comparé fotos y hablé con una amiga que trabaja en el tema, y me aferro a la idea que no me los he sacado, eso sí, la ansiedad empeora por pensar que los saqué y volveré a estar calva.
Si hay alguna chica joven acá, debe de verse con la ginecóloga, endocrina y de ahí con un doctor especialista en cabello. Mi problema no era grave pero dejé pasar tantos años que me llevó a estar con los huecos en la cabeza, mi endocrina falló al decirme que no había nada más por hacer, así que no se confíen y busquen otra opción.
Esto es más como un desahogo, tal vez de acá tres meses vuelva para contarles que tal fue el trasplante y si esos folículos que puedo no haberme arrancado, crecieron y me devolvieron la confianza en mi misma.